Ideas Sobre Pedales

En ciudades atestadas por autos consideramos el uso de la bicicleta, como medio autónomo de transporte, una forma de insurrección al capitalismo y al fomento que hace éste de la utilización del auto privado para desplazarse en ciudades cada día más contaminadas. A diario se nos bombardea con publicidad donde se nos impone una forma de vida basada en el éxito económico y la concreción de objetivos tales como la de un auto nuevo, todo esto claramente en beneficio de las transnacionales.
Además del carácter económico que tiene la utilización de la bicicleta como transporte (no se consume petróleo ni derivados de estos, los costos de compra y mantención son bajos, se ahorra en medicamentos al ser los y las ciclistas más saludables, etc.) tiene un interesante carácter de autonomía y de insumisión al actual orden y sus formas neoliberales de relacionarnos con los demás individuos y el medio ambiente. Hoy día las calles son espejos de las formas de dominación imperantes, espejos de nuestros movimientos en donde los más grandes y rápidos intentan aplastar a los más pequeños y lentos.
El desplazamiento en bicicleta puede ser una forma divertida de circulación en cuanto se puedan elegir trayectos libres de contaminación, marketing y hostilidad urbana.
La bicicleta como entretención arranca a niños/as (y no tan niños/as) de televisores y computadores para llevarlos a las calles a disfrutar de los pocos espacios disponibles en las ciudades, contrarrestando así la alienación de las pantallas y del espectáculo.
Los/as ciclistas concientes del potencial anticapitalista del uso de la bicicleta debemos invadir las calles y exigir respeto para tener un desplazamiento seguro, rápido y oportuno.
Aquellos que están imposibilitados de usar diariamente la bicicleta, sea por razones geográficas o de salud, pero que se reconozcan enemigos del capitalismo y su fase neoliberal de apropiación del espacio urbano, pueden unírsenos en complicidad con nuestra causa.
Todo lo anterior hace a la lucha “sobre pedales” una de las tantas luchas que a diario damos por liberarnos de las formas de actuar, sentir y movernos a las que el capitalismo, con su moral hipócrita y consumista, nos ha acostumbrado.

Valparaíso, octubre 2005.